II Reconocimiento Internacional Acampa 2022
Por la paz y el derecho a refugioCandidaturas Propuestas
para el
II Reconocimiento Internacional
Se trata de un reconocimiento anual a entidades o personas que destaquen en la defensa de los Derechos Humanos, especialmente en los campos de actuación de Acampa: defensa de los Derechos Humanos, el Derecho a Refugio y la defensa de la Paz y el diálogo como fórmula para resolución de conflictos.
El objetivo es poner en valor la necesidad de la defensa de los Derechos Humanos presentando el trabajo realizado por organizaciones y personas que son un referente y un ejemplo para toda la sociedad. Pretendemos poner el foco mediático en la situación de retroceso de los Derechos Humanos en todo el mundo y la importancia de recuperarlos y defenderlos con la fuerza y resiliencia de las organizaciones y personas que reciben este reconocimiento que será propuesto y votado por todas las organizaciones y personas que conforman la Red Acampa Internacional.
Caminando Fronteras
Representada por Helena Maleno Garzón
Caminando Fronteras es un colectivo de defensa de los derechos de las personas y comunidades migrantes. Nacida en el año 2002, es fruto de la sinergia y el encuentro de diversos defensores y defensoras de Derechos Humanos situados en diferentes territorios de la Frontera Occidental Euroafricana.
Esta ONG actúa desde una perspectiva transnacional, transcultural, antirracista y feminista mediante la cual denuncian las fronteras como espacios de impunidad. Luchan por el restablecimiento de los derechos en estos “no lugares”, tejiendo redes con las personas y comunidades en movimiento. Su objetivo, minar la necropolítica que destruye los derechos de las personas y comunidades migrantes. Lo hacen resistiendo y resiliendo en colectivo a las violencias estatales, empresariales y criminales que habitan el espacio fronterizo.
Caminan, vigilan las fronteras, asegurando en ellas entornos y herramientas de protección que posibiliten la restauración y reparación de los Derechos Humanos. Trabajan codo a codo con las personas y comunidades en movimiento, documentan y denuncian el dolor causado por esa necropolítica: ejecuciones de devoluciones sumarias, muertes por violencia institucional y desapariciones de personas. Junto a las familias de las víctimas de las fronteras, impulsan la visibilización de las muertas y desaparecidas, iniciando procesos colectivos de identificación y reparación. Su presencia en el terreno y su teléfono de protección del Derecho a la Vida ha permitido salvar cientos de miles de vidas a la deriva en la Frontera Occidental Europea.
Propuesta: Vangarda Obreira
Jineth Bedoya
Periodista, escritora y activista colombiana, Jineth Bedoya visibilizó la violencia de género y su uso como arma de guerra en su país, Colombia, dando voz a miles de niñas y mujeres violadas, agredidas y asesinadas. Lo hizo en voz propia y a través del Movimiento por ella impulsado «No es hora de callar”.
Jineth, secuestrada, torturada y violada por parte de los paramilitares cuando realizada un reportaje en la Cárcel Modelo de Bogotá, el 25 de mayo del 2000, retenida, agredida durante más de 16 horas y abandonada después en una carretera, consiguió con su lucha llevar al Estado colombiano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y, 21 años después de su agresión, obtener una condena histórica. Fueron dos décadas, de presiones, de miedo y de abandono institucional, en las que transitaron no solo ella sino todo su entorno. Mas su lucha personal y la fuerza de miles de mujeres sin voz hicieron posible llegar a este juicio y a esa sentencia sin duda alguna histórica. La batalla mediática y legal fue larga. Pero llegó la justicia. La Corte Interamericana de Derechos Humanos halló culpable al Estado Colombiano de ser incapaz de evitar el secuestro y de ser lento y negligente en el proceso de investigación y condena penal del caso. Por eso ordena medidas de reparación y la promoción de proyectos para evitar la violencia sexual.
El movimiento “No es hora de callar” consiguió arrancar del silencio a miles de mujeres que con el apoyo de Bedoya y reflejadas en ella se atrevieron a denunciar las agresións sexuales y la violencia de género.
El 25 de mayo, fecha de su agresión, fue declarada en el 2014 en su país Día Nacional por la Dignidad de las Mujeres Víctimas de Violencia sexual en el contexto del Conflicto Armado interno.
En el 2020 recibió el Premio Mundial de Libertad de Prensa UNESCO-Guillermo Cano.
Bedoya y su organización son el mejor ejemplo de Defensa de los Derechos Humanos, esos derechos de particulares o colectivos pisoteados que requieren de una voz incansable que haga que la sociedad civil despierte y reclame la condena sobre los que los vulneran y el retorno al camino marcado por ese marco mundial con él que la ciudadanía y los estados se dotaron en 1948 para poner freno a la barbarie.
Propuesta: Sofía Reyes
José Palazón
José Palazón (Cartagena, 63 años) lleva casi tres décadas ayudando a los menores migrantes y a buena parte de las miles de personas que escapan de la penuria de sus países y se quedan atrapados en la frontera de Melilla. Impulsor de la ONG Prodein, Palazón es el autor de una imagen icónica: la de los inmigrantes encaramados en una valla mientras otras personas jugaban al golf al otro lado, ajenas o insensibles al drama.
Palazón y su organización están desde hace años atentos a cómo llegan los menores, tratando de protegerlos en cualquier circunstancia. El principal riesgo que sufren es que los devuelvan a Marruecos, un riesgo que crece si son subsaharianos, devolviéndolos a un infierno mucho mayor del que escapan.
El activismo de Palazón es incansable. “Es una vergüenza, pero en Melilla, en nuestro propio país, hay niños de ocho años absolutamente solos y tirados en la calle” “Las mujeres de color que llegan en barco caen casi siempre en las redes de trata; el resto entra pagando a las mafias marroquíes por la frontera”. El conocimiento de la dura realidad melillense de Palazón es indiscutible. “Desde el 2014 han entrado una media de 3.000 negros saltando la valla, ningún blanco; por el puesto de Beni Ensar han entrado una media de 7.000 personas blancas y ningún negro”.
Palazón trabaja para visibilizar esa realidad y denunciar públicamente los acuerdos de devolución con el gobierno marroquí.
Propuesta: Asociación Fuco Buxán
Médicos sin Fronteras
Fundada en 1971 por un pequeño grupo de médicos y periodistas franceses, Médicos Sin Fronteras (Médecins Sans Frontières, MSF) es una organización médica y humanitaria internacional que aporta su ayuda a las víctimas de desastres naturales o humanos y de conflictos armados, sin ninguna discriminación de raza, sexo, religión, filosofía o política. Cuenta con más de seis millones de socios, 3600 profesionales internacionales y 37.800 trabajadores locales en 462 programas humanitarios en 72 países. Tiene, además, el estatus de organización con estado consultivo general en el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
- Premio Nobel de la Paz de 1999
- Premio de la Paz de Seúl en 1996
- Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1991
- Premio Lasker-Bloomberg de Servicio Público
Sus proyectos más grandes fueron República Democrática del Congo (101 millones de Euros), Sudán del Sur (74,3 millones de Euros), Yemen (61,5 millones de Euros), República Centroafricana (57,8 millones de euros) e Irak (57,6 millones de euros). Trabaja en la prevención y trata de algunas enfermedades como la tuberculosis, el sida y la meningitis en distintos puntos del planeta.
Desde el inicio de las actividades de búsqueda y rescate en 2015, MSF ha destinado equipos médicos a bordo de siete barcos de rescate que, en ocasiones, operan en colaboración con otras organizaciones. En total, sus equipos han participado en 682 operaciones de búsqueda y rescate, y han prestado asistencia a más de 81.000 personas.
En 2016 Médicos sin Fronteras renunció a los Fondos de la UE y sus Estados miembros en protesta por la dañina política migratoria que se plasmaba en el Acuerdo UE-Turquía para externalizar el control migratorio de personas.
En mayo de 2021 fletó el Geo Barents. Dispone de clínica, sala de maternidad y sala de observación para todas las actividades medicas que se desarrollen a bordo. El buque cuenta con dos lanchas rápidas de rescate (RHIBS) para botarlas durante las actividades de rescate. Solo en la última quincena de 2021, realizó 8 operaciones en el Mediterráneo central, rescatando y proporcionando atenciónmedica a casi 600 personas. El pasado 25 de enero de 2022 ha rescatado a 439 personas.
Propuesta: Amnistía Internacional
Padre Júlio Lancelotti
Júlio Lancelotti comenzó su educación formal con las Siervas Misioneras del Espíritu Santo, en Tatuapé. A los doce años ingresó en el seminario de Araraquara, pero, molesto por la rigidez de la institución, regresó a São Paulo, donde terminó la formación en un colegio agustino. Decidió de nuevo prepararse para la carrera religiosa y se hizo fraile, pero a los diecinueve años volvió a dejar la sotana. Mientras tanto, realizó un curso de auxiliar de enfermería y comenzó a ejercer su profesión. Se formó en Pedagogía y Orientación Educativa en Universidad, donde trabajó como profesor asistente, además de impartir clases en varios colegios.
Lancelotti también trabajó en el Servicio Social de Menores, que luego se convirtió en la Secretaría Municipal de Asistencia y Desarrollo Social, y en el Centro de Apoyo al Inmigrante dando clases a niños con dificultades de aprendizaje.
En 1980, conoció a monseñor Luciano Pedro Mendes de Almeida, entonces obispo auxiliar de São Paulo. Juntos sentaron las bases de la Pastoral del Menor de la Arquidiócesis de São Paulo. Un año después comenzó a estudiar teología y fue ordenado sacerdote. Participó con Luciano Mendes en todas las fundaciones de la citada Pastoral del Menor y colaboró en la fundación de la Pastoral da Criança y en la formulación del Estatuto del Niño y del Adolescente (ECA) que sigue vigente en la actualidad.
En 1986 fue destinado a la Parroquia de São Miguel Arcanjo da Mooca, donde comenzó su labor pastoral con personas sin hogar y menores abandonados. Participó en la campaña contra los malos tratos en la Fundación Estatal para el Bienestar del Menor (FEBEM), que tuvo como resultado un manifiesto contra la política del «Cacete Pedagógico» y la dimisión de su presidenta. Cuatro años más tarde fue uno de los fundadores de la Comunidade Povo da Rua São Martinho de Lima, un refugio para personas sin hogar. La comunidad contaba con una cocina, una lavandería y una pequeña carpintería para cursos de formación profesional.
El Padre Lancelotti trabaja con delincuentes juveniles, presos en libertad condicional, pacientes con VIH/sida y poblaciones de bajos ingresos y personas sin hogar. Cree en la persona humana por encima de todo, «como imagen y semejanza de Dios» y considera que todos los ciudadanos deben ver respetados sus derechos.
El 26 de julio de 1991 fundó la «Casa Vida I», y más tarde la «Casa Vida II», para niños enfermos de VIH. El proyecto fue patrocinado por Diana, la Princesa de Gales, y recibió financiación de varias organizaciones religiosas de todo el mundo. Como Vicario Episcopal para la Gente de la Calle de la Arquidiócesis de São Paulo, está al frente de varios proyectos municipales en la ciudad de São Paulo para atender a la población necesitada, a los invisibles, a los drogadictos, a las personas con VIH/sida, a los inmigrantes, a los refugiados. Por citar un ejemplo, el programa «A Gente na Rua», formado por agentes de salud comunitarios, antiguos habitantes de la calle, que actúan bajo su coordinación. El Padre Lancelotti no abandonó las calles en la pandemia, trabajando también para conseguir vacunas para las personas sin hogar.
El Ayuntamiento de São Paulo en 2019 y 2020 colocó obstáculos de piedra en espacios públicos (bajo viaductos, plazas, etc.) para que los indigentes no durmieran. Lancelotti, hacha en mano, fue a quitarlos –una imagen que se hizo viral- consiguiendo que la ciudad dejase de poner obstáculos en sus calles y plazas.
Por su labor vinculada a los Derechos Humanos, fue reconocido por la Unesco y recibió su primer título de Doctor Honoris Causa de la PUC.
Propuesta: Red Acampa Brasil
Sultana Jaya
Activista Saharaui represaliada por el gobierno marroquí y defensora de los derechos del Pueblo Saharaui. Una Mujer luchadora y representante de todo un pueblo expulsado de su territorio.
Su testimonio la define:
“Me llamo Sultana Jaya, soy Saharaui, nadie sabe que existo.
En el año 2007 un policía marroquí me robó, me agredió, me arrancó un ojo…
mi crimen, manifestarme por la libertad de mi pueblo
mi castigo, una condena.
Me llamo Sultana Jaya, soy Saharaui y solo por serlo no me dejan ser libre.
Me llamo Sultana Jaya y por ser Saharaui al llegar a mi país la policía marroquí tiene el derecho a retenerme durante horas, registrar mi equipaje, a someterme y a humillarme.
La sospecha de mi delito, llevar una bandera saharaui.
Me llamo Sultana Jaya y soy saharaui, y por serlo llevo retenida en mi casa más de 180 días,
mi único crimen gritar libertad.
Me llamo Sultana Jaya y por ser saharaui me han intentado arrancar el único ojo que me queda, solo por ser saharaui le arrancaron dos dientes a mi hermana y agredieron a mi madre.
Me llamo Sultana Jaya y han rociado mi casa con productos químicos, nos han cortado la luz, nos han robado desde dinero hasta utensilios de cocina. Nuestro castigo por ondear banderas saharauis.
Me llamo Sultana Jaya, soy saharaui y nos han violado, ya no sólo han cogido nuestros Derechos Humanos y los han apaleado, golpeado y reducido a su más mínima expresión, sino que directamente han violado nuestros cuerpos con objetos, han colonizado nuestro cuerpo, lo han ocupado ilegalmente, como han hecho con nuestra tierra.
Pero lo que las bestias no saben es que nuestra alma es tan libre como el viento,
tan fuerte como la arena del desierto,
que nuestra fuerza es más digna y salvaje que cualquier golpe que nos puedan dar.
Me llamo Sultana Jaya, soy saharaui, y nunca dejaré de gritar: ¡Sáhara Libre!”
Propuesta: Mabel Pérez Simal